La terapia Gestalt es una forma de psicoterapia humanista, holística y centrada en la persona que se centra en la vida actual y los desafíos de un individuo en lugar de ahondar en experiencias pasadas. Este enfoque enfatiza la importancia de comprender el contexto de la vida de una persona y asumir la responsabilidad en lugar de culpar.
Se utiliza no solo para el tratamiento de trastornos, sino también para el desarrollo del potencial humano o crecimiento personal.
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¿Qué es la Terapia de Gestalt?
Gestalt, por definición, se refiere a la forma o figura de algo, y sugiere que el todo es mayor que la suma de sus partes. La terapia Gestalt hace especial énfasis en la percepción, es decir, presta atención a cómo damos sentido a nuestro mundo y nuestras experiencias.
Es difícil encontrar una definición concreta de la terapia de Gestalt.
La Asociación Española de Terapia Gestalt la define como la forma de hacer terapia creada por Fritz Perls (médico neuropsiquiatra y psicoanalista) y su esposa, Laura Posner.
Mientras que la American Psychological Association (APA) la define como uno de los tres tipos de terapia humanista especialmente relevantes, basada en el «holismo organísmico», la importancia de ser consciente del «aquí y ahora» y que cada uno acepte la responsabilidad de sus propios actos.
Dentro de la terapia Gestalt, el paciente tiene espacio para explorar de manera segura sus experiencias sin temor a ser juzgado. De hecho, se anima a los pacientes a que no solo hablen sobre sus emociones o experiencias, sino a que las traigan a la habitación para que puedan ser procesadas en tiempo real con el terapeuta.

La Terapia Gestalt tiene una base teórica muy ecléctica basándose en:
El pensamiento Gestalt
Basado en la psicología de la Gestalt, este tipo de terapia se introdujo en la década de 1940 para ser una alternativa al psicoanálisis más tradicional.
La terapia Gestalt fue desarrollada por Fritz Perls, con la ayuda de su esposa en ese momento, Laura Perls. Junto con otros, como Paul Goodman, trabajaron juntos para desarrollar un estilo de terapia de naturaleza humanista.
En otras palabras, el enfoque se centró en la persona y la singularidad de su experiencia.
Algunos enfoques de terapia tienden a enfocarse en el terapeuta como experto en angustia y síntomas. El cliente tiene un papel más de aprendizaje, ya que el terapeuta comparte su conocimiento sobre lo que está experimentando y cómo curarse.
En cambio, el objetivo de la terapia Gestalt es que el paciente colabore con el terapeuta para aumentar la conciencia personal y desafiar activamente los obstáculos que se han interpuesto en el camino de la curación hasta ahora.
Un modelo centrado en el aquí y ahora, donde destaca la importancia de la toma de conciencia, y de distintos aspectos como la integración, la autorrealización y el desarrollo del potencial humano.
Sus defensores dicen que es una terapia que ayuda a las personas a plantearse su posicionamiento existencial ante sus vidas, buscando promover una actitud de honestidad, responsabilidad y respeto, así como fomentar un valor de significado sobre la vida y uno mismo.

Usos y Beneficios
Existe una variedad de afecciones para las que se puede usar la terapia Gestalt, que incluyen: ansiedad, depresión, baja autoestima, problemas de pareja…
La terapia Gestalt también puede ser útil para ayudar a las personas a adquirir una mayor conciencia de sí mismas y una mayor capacidad para vivir en el momento presente.
Otros posibles beneficios pueden incluir:
- Un sentido mejorado de autocontrol
- Mejor capacidad para monitorear y regular los estados mentales
- Mejor conocimiento de sus necesidades
- Mejor tolerancia a las emociones negativas
- Habilidades de comunicación mejoradas
- Mindfulness mejorado
- Mayor comprensión emocional
Ideas claves en la Terapia de Gestalt
Hay una serie de ideas principales que entran en juego con la terapia Gestalt:
¿La terapia Gestalt es una pseudociencia?
¿Qué nos dicen los estudios sobre la terapia Gestalt?
En los últimos años se ha producido un auge en esta forma de entender y hacer terapia. Son muchos los psicólogos que la practican y que defienden su visión.
Sin embargo, ¿hay pruebas de su eficacia?
Tras analizar la evidencia disponible hasta este momento, encontramos que los estudios de eficacia son escasos y de baja calidad metodológica. Por ejemplo, en un estudio de revisión se encontraron tan solo 2 ensayos controlados autorizados:
En el primero de Rosner y colaboradores (2000) compararon 21 pacientes con depresión, a los cuales se les aplica terapia de apoyo y expresión en grupo (versión manualizada de terapia Gestalt), frente a un grupo control que recibe terapia cognitivo conductual.
Midieron la naturaleza y la intensidad de las emociones, con un seguimiento de 20 semanas. No encontraron diferencias significativas en la aparición de emociones de ira en comparación con la terapia cognitivo conductual.
En este caso la muestra es escasa y los autores solo resaltan las diferencias en una medida. Pero, ¿qué ocurrió con las otras?
En el segundo estudio, el de Cook (2000), el tamaño de la muestra es desconocida y se centra en mujeres adolescentes que “se consideran deprimidas”.
El tratamiento consiste en una intervención breve en grupo y un periodo de seguimiento de 5 semanas frente a un grupo control en lista de espera.
El grupo de terapia Gestalt mostró reducción en las escalas de depresión y ansiedad, y mayores puntuaciones en escalas de autoconcepto que en el grupo control.
Otro estudio más actual de Moya, Barranco y Carrascosa (2016) hacen una revisión sobre los niveles de evidencia de la terapia Gestalt dentro de la corriente humanista, entre los años 1990 y 2016.
En total analizaron 172 estudios con distinto nivel de evidencia, desde metaanálisis de estudios controlados y aleatorizados a estudios de cohorte. Encontraron 7 metaanálisis, 20 revisiones literarias y numerosos estudios controlados, aleatorizados, estudios de cohortes y comparativos.
De todos estos metaanálisis tan solo uno, el de Schmitz (1995) publicado en alemán, obtuvo resultados positivos que apoyan la efectividad de la terapia Gestalt pero advierten: “no se puede hacer una declaración definitiva sobre las diferencias significativas, la configuración de la terapia individual o las medidas a largo plazo”. En otras palabras, los resultados no son superiores a no hacer nada.
Por otro lado Elliot hace un meta análisis de las psicoterapias humanísticas desde los años 1978 a 2001, y de 2001 a 2013. Observaron que la terapia cognitivo conductual produce efectos superiores a la terapia Gestalt, aunque las diferencias, dicen ellos, desaparecen cuando se tienen en cuenta efectos de la adherencia terapéutica y de los tratamientos alternativos directivos.
Resumen
En definitiva, la terapia Gestalt tiene ventajas y desventajas. La investigación sugiere que puede ser eficaz para tratar una variedad de afecciones, incluidos la ansiedad y los trastornos de la personalidad, y es al menos tan eficaz como otros enfoques de psicoterapia.
Algunas de las posibles debilidades de la terapia Gestalt son el hecho de que requiere que un terapeuta tenga un alto grado de desarrollo personal y solo se enfoque en el presente.
Sin embargo, como sugirió Perls, tomar conciencia de nosotros mismos es sanar.
Durante nuestro proceso de terapia, podemos descubrir y curar partes de nosotros mismos que se han perdido durante algún tiempo, descubrir partes de nosotros mismos que aún no han tenido la oportunidad de prosperar y ganar un mayor sentido de nosotros mismos en el camino.
A medida que trabajamos para sanar e integrar estas partes del yo, podemos convertirnos en individuos sanos y completos.
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Bibliografía
- Cook DA (2000). Dissertation Abstracts International 60(08B), p.4210, U Kentucky, US.
- Elliott, R. K., Greenberg, L. S., & Lietaer, G. (2004). Research on experiential psychotherapies.
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