¿Has oído hablar del síndrome de Simón? Si eres hombre, de más de 30 años y estás soltero… es posible que te sientas identificado.
En el afán de desentrañar los enigmas de la psique humana, los especialistas han catalogado diversos perfiles de personalidad. Estos perfiles se componen de descripciones detalladas de rasgos y patrones de comportamiento que hacen único a cada ser humano, permitiendo así un mejor entendimiento de sus procesos mentales y emocionales.
En esta línea, el psiquiatra Enrique Rojas ha destacado un perfil particular: el síndrome de Simón. Este síndrome, que Rojas señala que incide solamente en varones mayores de treinta años, representa una curiosidad dentro del estudio de la personalidad.
¿Qué es el síndrome de Simón?
El síndrome de Simón, considerado una variante del síndrome de Peter Pan, se observa en aquellos que persiguen el placer sin ataduras y rehúyen del compromiso emocional en sus vínculos afectivos. Esta clase de personalidad es consecuencia de la inmadurez tanto psicológica como social que prevalece más de lo que debería.
El Síndrome de Simón se da solo en el hombre a partir de los treinta años
Enrique Rojas, Psiquiatra.
El síndrome de Simón es un acrónimo que representa distintos rasgos de personalidad.
- S de Soltero, indicando la ausencia de una relación estable, por un miedo al compromiso.
- I de inmaduro describe a aquellos que muestran sus emociones sin contención o de manera excesiva ante ciertas circunstancias.
- M alude a materialista, describiendo a hombres que invierten su dinero primordialmente en la búsqueda del placer personal. Pueden dedicar horas al ejercicio en el gimnasio, someterse a cirugías estéticas y cultivar un estilo de vida enfocado en realzar su apariencia.
- O se asocia con la obsesión por el éxito y la necesidad de demostrar superioridad frente a los demás.
- N representa a las personas narcisistas.
Las personas afectadas por el síndrome de Simón se caracterizan por una gama de atributos específicos, tales como la inestabilidad en sus aficiones y ocupaciones, y una conducta profundamente narcisista. Son como «el hombre light de nuestra era”.
Este trastorno narcisista de la personalidad se revela en una incesante necesidad de atención y reconocimiento, un déficit de comprensión hacia los sentimientos ajenos y una valoración inflada de su relevancia personal.
Síndrome de Simón: inmadurez emocional
Este síndrome se refiere a alguien con un desarrollo profesional sólido (se apasiona por su labor, la valora y se esfuerza por ser competente), pero carece de madurez emocional.
Desconoce la esencia del ámbito sentimental, le resulta difícil comunicar sus emociones, no comprende que el amor requiere una construcción psicológica meticulosa y no se da cuenta de que los sentimientos necesitan cultivarse con atención y cuidado para evitar que se disipen.
Quien es inmaduro no logra ofrecer ni aceptar amor, y menos aún, sabe preservarlo.
La sociedad contemporánea ha estado generando un número creciente de hombres inmaduros (a diferencia de las mujeres), enfocados en su trabajo, amistades, actividades culturales y disfrute personal. Así son los tiempos actuales.
Las mujeres, con un conocimiento más profundo de los sentimientos, buscan un amor genuino y duradero, pero se enfrentan a la realidad de que esto es lo que prevalece actualmente; así está el escenario.
El otro lado de la moneda
En contraposición, encontramos a la mujer soltera, equilibrada y auténtica, que aspira a hallar un compañero idóneo; alguien con quien compartir su existencia, un amor perdurable y sin fecha de caducidad.
Últimamente se observa un incremento de mujeres desilusionadas con este perfil masculino, ya que buscan un hombre maduro, no un adolescente al que deba instruir como si fuese su madre.
La madurez personal se logra cuando se sincronizan adecuadamente tres aspectos: la percepción propia (autoconcepto), la imagen que otros tienen de uno (imagen pública) y la esencia auténtica de uno mismo (la realidad de nuestro ser).
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