Los humanos tenemos una habilidad fascinante para recrear eventos en la mente, con exquisito detalle. Hace más de 50 años, Donald Hebb y Ulrich Neisser , los antepasados de la psicología cognitiva, teorizaron que los movimientos oculares son vitales para nuestra capacidad de recrear eventos en la mente.
En concreto, afirmaron que movemos los ojos no solo para recibir información visual sensorial, sino también para recordar información almacenada en la memoria. Así lo confirma un estudio reciente que proporciona la única evidencia académica hasta la fecha para esta teoría.
Un descubrimiento que puede ayudar en muchas otras disciplinas científicas, desde la biología humana hasta la robótica. Por ejemplo, podría arrojar nueva luz sobre el vínculo entre los movimientos oculares, las imágenes mentales y los sueños.
Solo podemos procesar información de una pequeña parte de nuestro campo visual a la vez. Superamos esta limitación cambiando constantemente nuestro foco de atención a través de los movimientos oculares. Así, los movimientos oculares se desarrollan en secuencias de fijaciones y movimientos sacádicos.
- Las fijaciones ocurren de tres a cuatro veces por segundo y son los breves momentos de enfoque que nos permiten muestrear información visual.
- Los movimientos sacádicos son los movimientos rápidos de un punto de fijación a otro.
Aunque solo se puede procesar una cantidad limitada de información en cada punto de fijación, una secuencia de movimientos oculares une los detalles visuales (por ejemplo, rostros y objetos). Esto nos permite codificar una memoria de lo que podemos ver como un todo.
Nuestro muestreo visual del mundo, a través de nuestros movimientos oculares, determina el contenido de los recuerdos que almacena nuestro cerebro.
Un viaje por el camino de la memoria
En el estudio anteriormente mencionado, se les mostró a los 60 participantes imágenes de escenas y objetos, como un paisaje urbano y verduras en la encimera de la cocina.
Después de un breve descanso, se les pidió que recordaran las imágenes de la forma más completa posible mientras miraban una pantalla en blanco. Calificaron la calidad de su recuerdo y se les pidió que seleccionaran la imagen correcta de un conjunto de imágenes muy similares.
Utilizando técnicas de seguimiento ocular de última generación, los investigadores midieron los recorridos de escaneo de los participantes, sus secuencias de movimiento ocular, tanto cuando inspeccionaban las imágenes como cuando las recordaban.
Encontraron que el escaneo de movimientos durante la recuperación de la memoria estaban conectados con la calidad de los recuerdos de los participantes.
Cuando restablecieron tales secuencias ordenadas de movimientos oculares (repetición de scanpath) más de cerca cómo se movían los ojos cuando miraban la imagen original, recordaron mucho mejor.
Estos resultados proporcionan evidencia de que la reproducción real de una secuencia de movimientos oculares aumenta la reconstrucción de la memoria.
Por otro lado, se analizó diferentes características de cómo los movimientos oculares de los participantes progresaron en el espacio y el tiempo, como el orden de las fijaciones y la dirección de los movimientos sacádicos.
Por ejemplo, la dirección de los movimientos oculares era más importante al recordar los detalles de cómo se colocaron los pasteles uno al lado del otro en una mesa que al recordar la forma de una formación rocosa.
Tales diferencias pueden atribuirse a diferentes demandas de memoria. Reconstruir la disposición precisa de los pasteles es más exigente que reconstruir el diseño tosco de una formación rocosa.
La memoria episódica nos permite viajar mentalmente en el tiempo para revivir experiencias pasadas. Investigaciones anteriores establecieron que tendemos a reproducir patrones de mirada del evento original que estamos tratando de recordar y que las ubicaciones de la mirada durante la recuperación de la memoria tienen consecuencias importantes para lo que recuerdas . Todos esos hallazgos se relacionan con la mirada estática, no con los movimientos oculares.
La importancia de los movimientos oculares en la ciencia
Los resultados podrían ser importantes para la investigación en neurociencia cognitiva y biología humana, pero también en campos tan diversos como la computación y el procesamiento de imágenes, la robótica, el diseño del lugar de trabajo y la psicología clínica.
Esto se debe a que proporcionan evidencia conductual de un vínculo crítico entre los movimientos oculares y el procesamiento cognitivo que puede aprovecharse para tratamientos como la rehabilitación de lesiones cerebrales.
Por ejemplo, la desensibilización y el reprocesamiento del movimiento ocular (EMDR) es un tratamiento de psicoterapia bien establecido para el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
En esta terapia, el paciente se concentra en el trauma y realiza movimientos oculares bilaterales, lo que se asocia con una reducción de la viveza y la emoción asociadas con el recuerdo del trauma. Pero los mecanismos subyacentes de la terapia aún no se comprenden bien.
Lo que si queda claro, con este estudio, es que existe un vínculo directo entre los movimientos oculares y los sistemas de memoria humana, lo que puede proporcionar una pieza esencial del rompecabezas.
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