Las parasomnias son un grupo de trastornos del sueño que se caracterizan por la presencia de conductas o experiencias anormales que ocurren durante el inicio, el transcurso o el despertar del sueño.
Estas conductas o experiencias pueden afectar al sueño, a la vigilia o a ambos, y pueden causar malestar, angustia o problemas en el funcionamiento diario de las personas que las padecen. Algunos ejemplos de parasomnias son el sonambulismo, los terrores nocturnos, las pesadillas, el despertar confuso, el trastorno de conducta del sueño REM y la parálisis del sueño.
¿Quieres saber de qué tratan cada una? A continuación, te cuento todos los problemas que puedes tener durante el sueño.
Parasomnias: problemas durante el sueño
Las parasomnias son fenómenos de naturaleza episódica que pueden ocurrir a lo largo de todo el ciclo vital, aunque el tipo y presentación difieren con la edad. Son significativamente más comunes en la infancia que en los adultos y, generalmente, desaparecen con el tiempo, aunque existen importantes excepciones.
Tradicionalmente, la mayoría de las parasomnias han sido consideradas como alteraciones benignas, aunque esta opinión se ha ido matizando en los últimos años. De hecho, en las personas con parasomnias existe no solo una elevada comorbilidad con otros trastornos del sueño, sino que incluso algunos trabajos recientes han puesto de manifiesto la existencia de una mayor vulnerabilidad al padecimiento futuro de otras alteraciones psicopatológicas.
Por otro lado, se habla mucho del significado de los sueños, un enigma que nos fascina y nos inquieta, sin embargo, las parasomnias nos impiden disfrutar de ellos plenamente, y en algunos casos, hasta recordarlos.
Tipos de parasomnias
Según la Clasificación Internacional de los trastornos de sueño, existen diferentes tipos de parasomnias. Los más importantes son:
- Pesadillas: Son sueños angustiosos o terroríficos que provocan el despertar de la persona, con recuerdos vívidos del contenido del sueño. Suelen ocurrir en la segunda mitad de la noche, durante el sueño REM. Pueden estar relacionadas con el estrés, la ansiedad, el trauma o el consumo de sustancias.
- Terrores nocturnos: Son episodios de despertar brusco, con gritos, llanto, agitación y expresión de miedo. La persona no suele recordar lo que soñó, y tiene dificultad para despertarse completamente. Suelen ocurrir en el primer tercio de la noche, durante el sueño profundo o NoREM. Pueden estar asociados con la falta de sueño, la fiebre, el ruido o el uso de medicamentos.
- Sonambulismo: Es un trastorno que se caracteriza por realizar actividades motoras complejas mientras se está dormido, como caminar, hablar, comer o vestirse. La persona no es consciente de lo que hace, y no suele recordarlo al despertar. Suelen ocurrir en el primer tercio de la noche, durante el sueño profundo o NoREM. Pueden estar influenciados por factores genéticos, ambientales o psicológicos.
- Parálisis del sueño: Consiste en la incapacidad de moverse o hablar al quedarse dormido o al despertar, a pesar de estar consciente. Suele ir acompañada de alucinaciones visuales, auditivas o táctiles, así como de sensaciones de miedo, ansiedad o presencia extraña. La parálisis del sueño se produce por una disociación entre las fases del sueño y la vigilia, en la que el cerebro se despierta, pero el cuerpo permanece en un estado de atonía muscular propio del sueño REM.
En definitiva, las parasomnias son trastornos frecuentes que afectan a un porcentaje variable de la población, dependiendo del tipo y la edad de los afectados. Su diagnóstico se basa en la historia clínica y, en algunos casos, en estudios complementarios como la polisomnografía. En cuanto al tratamiento, puede incluir medidas higiénicas, farmacológicas o psicológicas, según el caso y la gravedad de los síntomas.
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