¿Cuánto sabes sobre las altas capacidades intelectuales? En este artículo, desde Neurita quiero ayudarte a comprender qué significa altas capacidades intelectuales, derribando mitos y descubriendo algunos signos de que un niño o adulto tiene altas capacidades.
Cuando aterrizas en «este mundo» que todavía es mito e ignorancia, tienes que leer, leer y leer. Todo lo que aprenda lo ayudará en el camino a partir de ahora. Si has llegado hasta aquí, lleno de dudas y sin una dirección clara, este artículo arrojará luz a esas cuestiones que aún no entiendes.
¿Qué significa altas capacidades intelectuales?
Se considera dentro de las altas capacidades intelectuales (ACI) dos conceptos diferentes que son el de talento y el de superdotación. 👉 Talento es aquella persona que destaca en uno, dos o tres de los ocho tipos de inteligencia (lingüístico-verbal, lógica-matemática, espacial, musical, corporal cinestésica, intra personal, inter personal y naturalista) descritos por el psicólogo norteamericano Howard Earl Gardner en 1983.
La OMS define como superdotado a toda persona que supera un coeficiente intelectual de 130 en un test homologado de inteligencia.
No obstante, usando la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner, podemos definir al superdotado como aquella persona que tras diversos test muestra percentiles altos (más de 75 de percentil) en todos los tipos de inteligencia.
Entre un 2% a un 5% de los alumnos tienen altas capacidades (AACC), y de ellos el 90% no lo saben, por pasar desapercibidos o estar mal diagnosticados.
Altas capacidades intelectuales: Mitos y realidades
En una investigación longitudinal se observó, durante 45 años, el desarrollo de niños hasta convertirse en adultos. De esta observación se han revelado verdades y se han descubierto mitos sobre los niños y jóvenes que desarrollan un coeficiente intelectual mayor al de la media.
La investigación Study of Mathematically Precocious Youth (SMPY), fue liderada por Julian Stanley, un psicólogo estadounidense que desarrolló gran parte de su carrera en el campo de los niños de AACC.
Pasaron más de 45 años y junto con un equipo de colegas trabajó arduamente para descubrir el comportamiento y el estilo de vida de estas personas. Stanley falleció en el año 2005, dejando a cargo a uno de sus colegas, David Lubinski, quien finalizó el trabajo y llegó a unas conclusiones muy esclarecedoras.
1. Ser un genio no es dañino
Una de las primeras afirmaciones del estudio es que ser un genio no es dañino. Antes existía una concepción de que potenciar la inteligencia desde pequeños podía causarles daño a largo plazo.
2. Hay diferentes formas de ser inteligente
Otra de las grandes conclusiones a las que llegó el estudio es que hay diferentes formas de ser inteligente. La investigación descubrió que, si bien hay personas con altos coeficientes que terminan siendo excelentes científicos, también hay otros que se desempeñan en diferentes campos, como el de las letras, la psicología, el derecho e incluso el arte. Esto dejó de lado la creencia popular de que los niños superdotados deben ser únicamente grandes científicos.
3. A las personas con altas capacidades todo les resulta fácil #Mito
Con esta investigación también se derribó la creencia de que, a los niños de altas capacidades, por el hecho de serlo, todo les resulta fácil. De hecho, queda claro en el estudio que las personas con este tipo de inteligencia tienen que luchar al igual que el resto por lo que se proponen.
Muchas veces se cree que un alumno de AACC, es el que siempre saca las notas más altas, es más ordenado, obediente… es decir, lo que se entiende como un alumno brillante, que se esfuerza en sus tareas.
Pero normalmente, la conducta de los alumnos de AACC, es más bien todo lo contrario: suelen ser los más despistados, menos trabajadores, desordenados, desobedientes … Se dan incluso casos en los que el tutor, solicita el consentimiento a los padres para valorar, pues piensa que el alumno tiene necesidades especiales, TDAH, bipolar o asperger.
4. Algunos casos necesitan acompañamiento profesional
De hecho, debido a las expectativas y a la presión social que tienen, habrá casos en que los chicos con inteligencia superior al resto necesiten un acompañamiento profesional y, otros casos, en los que sean los padres los que requieran de ello.
5. El entorno educativo debe estar preparado
De igual modo, es importante que el entorno educativo esté preparado para poder incluir a estos niños ya que en muchas ocasiones sufren algún tipo de discriminación. El problema central es cómo se trabaja con las diferencias, ya que vivimos en un mundo en donde esas diferencias, lamentablemente, pesan.
¿Cómo saber si mi hijo tiene altas capacidades intelectuales?
No existe una única teoría ni ninguna descripción homogénea que defina específicamente las altas capacidades intelectuales.
Aunque se suelen detectar en los primeros cursos de primaria, ya en la etapa infantil se pueden dar una serie de indicadores que deberían hacernos sospechar que un niño presenta un desarrollo cognitivo más avanzado que el que le correspondería por edad.
Por ejemplo:
- Desarrollan el lenguaje de manera precoz, hacia los 12 o 18 meses. Empiezan pronunciando muchas palabras y enseguida pueden mantener una conversación con vocabulario y léxico propio de fases muy posteriores.
- Presentan asincronía entre lo mental y lo emocional. Los adultos creen que reacción emocional será equivalente a su madurez intelectual, lo que les genera sobre exigencia por parte del entorno.
- También suelen iniciarse en aprendizajes específicos (lectura, escritura, matemáticas) antes que sus compañeros. Aprenden autónomamente y hacen transferencias de conocimientos a otras áreas con naturalidad.
- Son niños muy observadores y curiosos.
- Prematuramente empiezan a preocuparse por temas abstractos y trascendentes, como el origen de la vida y el universo, la muerte, la religión, etc.
- También suelen iniciarse en aprendizajes específicos (lectura, escritura, matemáticas) antes que sus compañeros. Aprenden autónomamente y hacen transferencias de conocimientos a otras áreas con naturalidad.
- Tienen una gran capacidad de concentración sobre todo en tareas que captan su interés. Son persistentes en sus objetivos.
- En ellos predomina el pensamiento lógico y la razón.
- Pueden ser hipersensibles y emocionalmente muy intensos. Sus reacciones emocionales son desmesuradas en relación a las situaciones vividas.
- Presentan asincronía entre lo mental y lo emocional. Los adultos creen que reacción emocional será equivalente a su madurez intelectual, lo que les genera sobre exigencia por parte del entorno.
- Suelen ser enérgicos y activos. Pueden ser niños muy ágiles y trepadores.
- Tienden a cuestionar cualquier autoridad, bien la de los padres o la de los maestros. Intentan, casi siempre, imponer su criterio. Son desobedientes.
- Pueden mostrar gran resistencia a las instrucciones o aportaciones de los demás.
- En algunos casos presentan un comportamiento obsesivo. Pueden ser muy rígidos e inflexibles.
- Exigen mucho de ellos mismos y de los demás.
- Sienten frustración ante la inactividad o falta de progreso.
- Sus creaciones artísticas y construcciones pueden ser muy ricas y creativas.
- Necesitan tener éxito; son vulnerables al fracaso y al rechazo de los compañeros.
¿Cómo ayudar a un hijo con altas capacidades?
En un artículo de la revista Nature, Camilla Benbow, decana de educación y desarrollo humano en Vanderbilt Universidad en Nashville, Tennessee, escribe “Prepararse para criar a un genio es lo último que le aconsejamos a cualquier padre que haga«. Esa meta, dice ella, «puede llevar a todo tipo de problemas sociales y emocionales«.
Benbow y otros investigadores del desarrollo del talento ofrecen los siguientes consejos para alentar tanto el logro y la felicidad para niños con altas capacidades.
- Exponer a los niños a experiencias diversas.
- Cuando un niño muestra fuerte interés o talento, brinda la oportunidad para desarrollarlos.
- Recuerda que también hay que tener en cuenta las necesidades emocionales.
- Ayuda a los niños a desarrollar un ‘crecimiento mental’ alabando el esfuerzo, no la capacidad.
- Animar a tomar riesgos intelectuales y que esté abierto a los fracasos, que le ayudan a aprender.
- Cuidado con las etiquetas: ser identificado como superdotado puede ser una carga emocional.
- Trabaja con los maestros para cumplir con los requisitos y necesidades de tu hijo. A menudo necesitan más desafíos: más material, soporte adicional o libertad para aprender a su propio ritmo.
- Considera necesario que un profesional evalúe sus capacidades. Sirve de apoyo a la vez que puede revelar problemas como la dislexia, el déficit de atención/trastorno de hiperactividad, o social y problemas emocionales.
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