El llamado detector de mentiras, máquina de la verdad o polígrafo es un tipo particular de instrumento de medición utilizado para el registro de respuestas fisiológicas.
Generalmente registra las variaciones de la presión arterial, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la respuesta galvánica o conductancia de la piel, que se generan ante determinadas preguntas que se realizan al sujeto sometido a la prueba.
Se considera que fue inventado en 1938 por Leonarde Keeler, del Departamento de Polcía de Berkeley (California), quien creó el primer polígrafo de tres canales que imprimía sus resultados en papel.
Se basa en el principio de que el hecho de mentir genera una mayor activación autónoma central que no se aprecia a simple vista, sino que se mide a través de instrumentos adecuados, que se utilizan mientras se le formula un cuestionario verbal de preguntas de si o no.
Cada pregunta que se vaya a realizar durante el examen deberá ser leída y explicada previamente. En ningún caso se administraran preguntas sorpresa a modo de trampa.
¿Cómo funciona el polígrafo?
La aplicación de esta prueba requiere el establecimiento de una línea de base, es decir, de la medición de las respuestas fisiológicas ante preguntas neutras.
De este modo se establece cual es el nivel típico de reacción de la persona y los resultados de elevación de la activación se realizarán intraindividualmente (del evaluado en comparación consigo mismo cuando esta tranquilo).
Esta es la forma de suprimir críticas con respecto a que los sujetos ansiosos presentarán respuestas elevadas y serán clasificados como mentirosos.
Este procedimiento eleva la validez de la técnica porque aplica un procedimiento justo de no comparación respecto a las respuestas de otros, sino contra las respuestas de si mismo.
El detector de mentiras es conocido en el mundo entero, aunque no se utiliza en Europa, si se aplica ampliamente en algunos Estados de EEUU.
¿Podemos creer todo lo que vemos en televisión?
Cada vez más a menudo vemos en televisión que al famoso de turno le hacen el polígrafo para descubrir sus trapos sucios, con su experto y todo. Y en ningún momento tienen en cuenta que el polígrafo pueda fallar. Lo dan como 100% verídico, un gran error. El morbo vende ¿no?
Si has llegado hasta aquí pensando en la exactitud del polígrafo… tengo malas noticias.
Mi experiencia con el detector de mentiras (polígrafo)
Cuando estudiaba en la universidad escogí una asignatura optativa llamada Psicofisiología clínica, que precisamente trataba de las reacciones fisiológicas de las emociones donde las prácticas básicamente eran con el polígrafo.
En una de esas prácticas nos tocó hablar y experimentar con la mentira, y adivina a quién le tocó ser el conejillo de indias…
Allí estaba yo, llena de electrodos, cables y con más nervios que Macgyver en una ferretería. Yo era el ‘sujeto de evaluación’, aunque en mi mente me veía como Alex DeLarge en aquella escena de la Naranja mecánica… 🍊
Dejando a un lado el dramatismo del momento (con una pizquita de exageración), mis compañeros midieron mi ritmo cardíaco (pulsómetro), la frecuencia respiratoria (un muelle en el pecho) y la respuesta galvánica o conductancia de la piel (electrodos en la piel).
Tras hacerme preguntas banales como mi nombre, donde vivo, y otras del estilo con el fin de trazar la linea base, empezó el juego.
Las instrucciones eran que solamente yo vería una carta de una baraja española y tendría que memorizarla (para no hacerlo muy largo solo había 4 cartas). Después me enseñarían una tras otra carta con la pregunta: ¿Es esta tu carta? a lo que yo debía de responder siempre que no (evidentemente en una ocasión mentía).
Cada vez que se formulaba la pregunta, el evaluador debía hacer una marca en el gráfico para luego identificar en que momento se hizo la pregunta. Transcurrido la sesión de preguntas el grupo analizaba los gráficos basándose en la linea base.
¿Me cazaron mintiendo?
Claro que me descubrieron, pero lo curioso es que no fue por la gráfica del polígrafo (que era similar en todas las respuestas), sino que me pillaron por el tono de voz que utilicé. Practicante levante la voz autoafirmándome y les di la pista que necesitaban. No se mentir 😑.
El caso es que basándose únicamente en los gráficos dados por el polígrafo no habrían podido descubrirme, por lo que se podría decir que engañé al polígrafo, que no a los evaluadores.
Llegado a este punto estarás pensando: » ¿por qué me está contando esta historia?». Porque el polígrafo no es 100% fiable a la hora de detectar la mentira. Y ni estoy entrenada para engañar al polígrafo ni tengo ningún rasgo de psicopatía (lo confirman los test).
Detractores del polígrafo
El polígrafo también ha tenido sus detractores fundamentados en la realidad de personas que pueden falsear los resultados (psicópatas o personas entrenadas), es decir, no es una técnica infalible y además es cara a nivel técnico y humano.
La habilidad y experiencia del examinador al conducir la prueba, así como el equipo y método a emplear en la aplicación de la misma, son fundamentales a la hora de conseguir resultados fiables.
La Academia Nacional De Ciencias de Estados Unidos desechó en 2003 que fuera un instrumento fiable de evaluación, sentenciando que la gran mayoría de los estudios que alababan sus resultados estaban trucados o eran defectuosos.
Un informe de esta academia estimó que de aplicarse a una muestra a 10.000 personas, de las cuales 10 fueran espías, probablemente sólo 8 de éstas serían identificados por el polígrafo como tales, a la vez que serían considerados probables espías y rechazados 1598 (casi un 16%) de los inocentes.
Ahora bien, este instrumento en sí, puede utilizarse para otras cosas y funciona muy bien. Por ejemplo para el biofeedback.
El biofeedback es una técnica clínicamente probada para enseñar a las personas a controlar el estrés, alcanzar estados óptimos de relajación y encauzar positivamente nuestra energía para desplegar todo nuestro potencial.
Dependiendo de donde coloquemos los electrodos podemos medir si un musculo se tensa o no, el parpadeo o los músculos que intervienen en una sonrisa.
A nivel de investigación y de tratamiento de diferentes dolencias podemos decir que si es un instrumento válido y recomendable. Sin embargo, en el caso de detectar la mentira, la mayoría de asociaciones, científicas y jurídicas, hace tiempo que han constatado su poca utilidad.
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